¡Lo han hecho! Quién hubiera imaginado tal éxito para la exposición 2012 de la Sección Europa de la FCI en Bucarest. Víctima de una auténtica campaña de denigración en las redes sociales (qué poder y qué fuerza, tan positiva y, algunas veces, tan nefasta), la Asociatia Chinologica Romana (AchR) ha podido mantener la cabeza fría, aceptar el desafío y atraer a más de 6.000 perros a la capital rumana. La AChR ha utilizado la campaña contra ella como una herramienta promocional para su manifestación, y lo menos que se puede decir es que lo ha logrado. Enhorabuena a todo el equipo rumano, brillantemente dirigido por C. Stefanescu y P. Muntean.

Por desgracia, recientemente nos han dejado tres personalidades del mundo canino, y la FCI ha querido rendirles homenaje en estas páginas...

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Yves De Clercq
Director Ejecutivo de la FCI
Perros y estrés

Las personas estamos expuestas al estrés a diario en nuestras vidas, ¿por qué no puede afectar a nuestros perros? Los perros pueden sufrir estrés, sobre todo si han sido objeto de maltrato en algún momento de su vida. El Border Collie, el Gran Danés y el Pastor Alemán son ejemplos de los perros más propensos a tendencias neuróticas o estresadas.

El estrés en perros puede ser la consecuencia de diferentes causas, entre ellas trauma (como resultado de accidente o maltrato), limitación física, confinamiento, cambio de rutina, aburrimiento, ruido, peligro, urgencia, heridas, duelos, otras causas desconocidas, separación, entusiasmo, miedo repetido o habitual, frustración de objetivos, interacciones (con personas o perros demasiado agresivos) y ansiedad, por nombrar unas cuantas. Algunas situaciones que también podrían interrumpir la rutina de su perro y causar estrés son el transporte o los viajes, un nuevo dueño o una nueva casa, las exposiciones caninas, los cambios de entorno, su ausencia, un nuevo miembro en la familia o un invitado y una nueva mascota, incluso si se trata de nuevos cachorros. Ser consciente de todo ello puede ayudar a reducir el estrés de la vida de su perro.

El estrés tiene varios efectos en el cuerpo de un perro, incluido un descenso importante en el sistema inmunológico, un aumento en el pulso, mayor actividad gástrica, niveles más altos de hormonas sexuales en el cuerpo, y mayores niveles de la hormona antidiurética (ADH). El cuerpo de un perro expulsará adrenalina, y esta hormona seguirá siendo expulsada por todas partes en un espacio de tiempo que está entre los dos y los quince minutos después del acontecimiento. Pueden necesitarse días para que estos niveles vuelvan a alcanzar un equilibrio normal; y si el perro está continuamente estresado, esta situación puede llevar a problemas conductuales y a la hiperactividad. Los perros muy estresados a menudo desarrollan problemas de salud, ya que se compromete el sistema inmunológico. El sistema nervioso es responsable de introducir y procesar la información y de los comportamientos resultantes. El sistema nervioso está dividido en varias partes, cada una de ellas con diferentes propósitos. El sistema simpático hace que los perros sean propensos a la reactividad emocional y el sistema parasimpático hace que sean más tranquilos y más capaces de adaptarse. Si el sistema simpático es más fuerte en un perro, será emocionalmente reactivo y tendrá un umbral más bajo de estrés. Si el sistema más fuerte es el parasimpático, será un perro emocionalmente estable y tendrá un umbral más alto de estrés. Los perros que son propensos simpáticamente desarrollarán problemas de comportamiento con mayor probabilidad. El umbral de estrés es el punto límite superior en el cual el estrés supera la tolerancia de estrés del perro. Muchos perros pueden soportar altos niveles de estrés sin alcanzar su umbral, mientras otros no toleran ni un estrés de tipo leve sin ponerse ansiosos. El estrés afecta a perros en general, pero cuando éste supera su umbral, se produce una cascada de reacciones electroquímicas, es lo que se denomina respuesta de estrés. Este nivel de estrés se denomina sobre-estrés. Crea un trastorno químico y funcional. Cuando un perro se ve intensamente afectado por estímulos estresantes, un torrente de sustancias químicas se dirige al cerebro. Cuando esto ocurre, el umbral del perro para responder reactiva o agresivamente se reduce. El umbral del comportamiento agresivo se reduce en los perros que sufren estrés. Si se produce un estrés fuerte, la adrenalina toma el control y hace que el perro actúe, tanto mental como físicamente. Si se produce un estrés crónico, la norepinefrina (NE), responsable de los niveles de energía, la serotonina, que regula los niveles del humor, el dolor y la excitación sexual, y la dopamina, que participa en la coordinación motora, la atención y el tiempo de reacción, se reducen. La liberación regular de estas sustancias químicas de estrés en el cuerpo puede causar una mayor cantidad de inflamación, lo que predispone al animal a alergias, picores, mala cicatrización y trastornos digestivos, como vómitos intermitentes, úlceras de estómago, diarrea intermitente o sangre en las heces. Un mal funcionamiento del sistema inmunológico puede hacer que el perro sufra infecciones repetidas, como infecciones cutáneas, infecciones de oído e infecciones de vejiga.

Reconocer el estrés. Cosas comunes que pueden indicar estrés :

  • Postura corporal : cuerpo rígido o tenso / aspecto mustio, cansado / cuerpo caído, no encogido sino con movimientos más sinuosos de lo normal / estiramientos / contracciones musculares / cambio de ritmo / se sienta / sacude el rabo de forma diferente / jadeos / temblores o escalofríos / estremecimientos / deambula / fugas, peleas, pérdidas de tiempo e inmovilidad / trastornos obsesivos compulsivos (TOC) que pueden incluir estereotipos como perseguir la propia cola, granulomas acrales por lamido, cazar moscas y comer madera.
  • Vocalización : gemidos / ladridos / bostezos.
  • Ojos : pupilas dilatadas / mirada vidriosa / bizqueos / mirada de sospecha / ojos de ballena, dejando ver la parte blanca / parpadeos / pigmento rojo alrededor de los ojos (también en el oído interno) / evita el contacto visual (gira la cabeza) / mira frecuentemente a quien lleva la correa para que le indique la dirección a seguir.
  • Boca : jadeos, abriendo mucho o poco la boca / se lame los labios o la nariz / bostezos / aprieta la mandíbula / babea / lengua aterciopelada.
  • Cara : ceño fruncido / esquinas de la boca hacia atrás / orejas hacia atrás o desiguales / venas prominentes bajo los ojos.
  • Otros : se detiene para morderse, rascarse / permanece sentado o tumbado / acude intentando llamar la atención / sudor en las patas / posición del rabo más baja de lo normal / olfatea / cava / da vueltas, vuelve caminando en arco / comportamiento fuera de contexto / pérdida de peso o negación a comer / comportamiento inquieto o hiperactivo / comportamiento destructivo / incapacidad para centrarse en las órdenes o incapacidad para realizar los comportamientos aprendidos / pelaje en mal estado, diarrea, picores constantes / ausencia de control de los intestinos o la vejiga / respuestas al miedo de extremas a normales / malos patrones de sueño / hipervigilancia / mala capacidad de aprendizaje / come de forma quisquillosa / engulle la comida, y rebusca en la basura / ciertos problemas de salud crónicos / pérdida de peso / aumento de peso / infección de vejiga / confusión / automutilación / excesiva higiene / duerme demasiado / sed excesiva.

¿Qué hacer?

  • Tomarse un descanso
  • Utilizar señales tranquilizantes : estirarse, bostezar, parpadear, mirar hacia otro lado en lugar de establecer contacto visual con el perro, y respirar hondo y suspirar.
  • Relajarse : libérese de todas sus preocupaciones y piense en algo agradable, relaje los músculos, pero mantenga una postura que transmita seguridad.
  • Tranquilizar al perro / Formarse sobre estrés : transmita al perro que es genial y que todo está bien, etc. Mantenga una conversación en tono desenfadado, suave y tranquilizador; la voz puede calmar mucho, así que no lo exagere, el perro se dará cuenta enseguida.
  • Se debe abordar el mal funcionamiento del sistema inmunológico que puede afectar de forma negativa a la salud de la piel y el pelaje, a la salud gastrointestinal y a la cicatrización, generando un mayor riesgo de infecciones. Los animales que se enfrentan a menudo con situaciones de estrés, como los perros deportivos, de exposiciones, etc., deben recibir ayuda con suplementos de prebióticos (inulina, FOS y MOS), ácidos grasos de omega 3 y todos los nutrientes esenciales para perros. Viyo Elite proporcionará todos estos nutrientes en un único producto con la ventaja de una buena absorción de todos estos nutrientes gracias a una fórmula líquida muy sabrosa que ayuda al perro estresado de forma óptima.


Dr Wim Van Kerkhoven, Viyo Elite